Carabayllo, octubre de 2025

Con alegría y gratitud, la Diócesis de Carabayllo anuncia que la Catedral Nuestra Señora de la Luz ha sido designada como sede diocesana oficial del Apostolado Diocesano Parchís Guadalupanos, un movimiento juvenil que, desde su origen, busca formar, acompañar y animar a los jóvenes en el servicio a Cristo y a la Virgen de Guadalupe, bajo el espíritu del juego, la fraternidad y la fe compartida.

Este reconocimiento diocesano representa un hito en la historia del apostolado, que durante años ha trabajado con entusiasmo desde diferentes parroquias y comunidades, promoviendo valores cristianos a través de actividades pastorales, encuentros juveniles y misiones de evangelización. Con esta integración formal a la estructura diocesana, el movimiento fortalece su vínculo con la pastoral juvenil y se compromete a colaborar estrechamente con la Catedral y con todas las instancias pastorales de la diócesis.

“Antes caminábamos de forma independiente, pero hoy lo hacemos de la mano de nuestra Catedral, signo visible de comunión y unidad. Este paso reafirma nuestro deseo de servir, aprender y compartir la fe con alegría, en sintonía con la misión evangelizadora de nuestra diócesis”, expresaron los jóvenes del movimiento durante la ceremonia de presentación oficial.

Una misión al servicio de la diócesis

El Apostolado Parchís Guadalupanos nació con el propósito de fomentar la participación juvenil en la vida de la Iglesia, promoviendo espacios donde la oración, la formación y la amistad cristiana sean puentes hacia un encuentro personal con Cristo. Inspirados en el testimonio de la Virgen de Guadalupe —madre, guía y modelo de entrega— los jóvenes del movimiento buscan vivir su fe con autenticidad, creatividad y compromiso.

La nueva sede en la Catedral permitirá una mayor articulación pastoral, ofreciendo un espacio de coordinación, formación y acompañamiento para los equipos parroquiales y escolares que integran el apostolado. Desde allí se proyectarán nuevas iniciativas misioneras, jornadas de servicio y actividades formativas dirigidas a jóvenes de todas las parroquias de la diócesis.

“Queremos que el carisma del Parchís —ese corazón verde que simboliza vida, esperanza y juventud— llegue a cada rincón de nuestra diócesis. Soñamos con ver un grupo Parchís en cada parroquia, compartiendo la alegría del Evangelio y la ternura de María”, afirmaron los coordinadores diocesanos.

Un camino de fe, comunión y esperanza

El apostolado agradeció de manera especial a los sacerdotes, religiosas, parroquias, coordinadores y amigos que han acompañado su proceso, reconociendo el apoyo constante y el testimonio de quienes han creído en la labor evangelizadora de los jóvenes. Este paso, aseguran, no solo consolida su estructura, sino que refuerza su compromiso de vivir en comunión con la Iglesia local.

El lema que acompaña esta nueva etapa se inspira en el Evangelio de Juan (14:3):

“Y si me voy y preparo un lugar para vosotros, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis también vosotros.”

Con estas palabras, el movimiento reafirma su deseo de caminar junto a Cristo, preparando lugares de encuentro, esperanza y fe en el corazón de los jóvenes y las comunidades que conforman la Diócesis de Carabayllo.

Compromiso y proyección futura

De cara a los próximos años, el Apostolado Diocesano Parchís Guadalupanos proyecta fortalecer su presencia pastoral a través de tres ejes fundamentales:

  1. Formación integral: impulsar talleres, retiros y espacios de discernimiento vocacional orientados a la madurez espiritual y humana de los jóvenes.
  2. Evangelización activa: desarrollar misiones juveniles, campañas solidarias y jornadas de servicio comunitario en colaboración con las parroquias.
  3. Comunión eclesial: consolidar redes de coordinación con la Pastoral Juvenil, los colegios católicos y los movimientos eclesiales para promover una pastoral más unida y participativa.

El movimiento invita a todos los jóvenes de la diócesis a unirse a esta misión de alegría y esperanza, llevando el “corazón verde” como signo de vida, compromiso y fe viva.